La respuesta a las exigencias del mercado, implica un profundo conocimiento del sistema de producción para provocar eficientemente cambios hacia una dirección deseada. La composición genética de la población, su tamaño y características que contribuyen a obtener un producto de mejor calidad están sujetos entre los factores a considerar para obtener tales cambios. La selección, la explotación de heterosis y complementariedad entre razas y la oferta de genética probada para producción, constituyen en la actualidad las principales estrategias genéticas para obtener rentabilidad.